Con este frío invernal, donde las temperaturas no superan los 10 grados, solemos sentirnos un tanto incomodos y fastidiados por no poder hacer todas las actividades que nos gustarían, pues este clima nos lo impide. Perder el confort es algo que no nos gusta, y preferimos llegar a casa y ponernos la calefacción rápidamente, consideramos que estar siempre calientes es muy saludable.
DESMINTIENDO UN MITO.
Nuestro cuerpo aguanta los grandes cambios de temperaturas, ayuda a ajustar el termostato y por lo tanto, acoplarse a cualquier situación.
Si te encuentras todo el día en casa o en tu lugar de trabajo a una temperatura de 20 grados, tu cuerpo se sentirá estable y tenderá a engordar.
Estudios recientes elaborados por médicos holandeses, demuestran como el clima y nuestro cuerpo guarda una gran relación.
Sería recomendable que pudiéramos regular nuestra temperatura del hogar o de la oficina para que produjera los mismos cambios del exterior y así que nuestro organismo estuviera en constante trabajo. Investigaciones elaboradas por médicos japoneses, demostraron como la exposición de personas a 17 grados hacia perder grasa corporal durante seis semanas.
ACOSTUMBRATE AL FRIO.
El problema, lo tenemos porque apenas sufrimos grandes cambios de temperaturas, y esto nos hace que suframos enfermedades como la obesidad.
El tejido adiposo marrón (o grasa marrón), tiene como única función, la producción de calor y está sigue presente en los adultos, y algunos tienen más que otros.
Es por este tejido. por el que la población puede acostumbrarse al frío, gastando más calorías.
Con el frio, nuestro cuerpo genera más grasa de tipo parda o marrón y ayuda a la perdida de grasa.
En conclusión, vivimos en una sociedad que está hecha para reducir al mínimo todas nuestras necesidades, esto es algo muy evidente en las oficinas, centros de salud, hospitales o incluso las tiendas. Esto, conlleva a que nuestro organismo no trabaje y tendamos a sufrir más riesgo de obesidad, además nos sentimos más vulnerables ante los cambios repentinos de temperatura y eso conlleva a que no nos acostumbremos bien y tengamos más resfriados inesperados.
Por tanto, ya sabes, acostumbra tu cuerpo a los cambios, y piensa que no es malo pasar un poquito de frio, a veces, es una opción saludable para la pérdida de peso.